¿Qué Son las Metacreencias?
Las metacreencias son las creencias que tenemos acerca de nuestras propias creencias o procesos cognitivos. En otras palabras, son pensamientos de segundo orden sobre nuestra forma de pensar, sentir o actuar. Estas estructuras cognitivas influyen en cómo interpretamos y manejamos nuestras experiencias internas y externas.
Por ejemplo, alguien podría tener la creencia de que “Sentir ansiedad es peligroso” o “Preocuparse mucho demuestra que soy responsable”. Estas metacreencias pueden ser positivas (“el preocuparse me protege de los errores”) o negativas (“la ansiedad es una amenaza para mi salud”), pero ambas tienen un impacto significativo en el bienestar emocional.
¿Cómo Influyen las Metacreencias en la Vida Diaria?
Las metacreencias moldean nuestra forma de relacionarnos con nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Una persona que cree que “es malo sentir tristeza” podría esforzarse por evitar situaciones donde esa emoción pudiera surgir, lo que podría llevar a estrategias de evitación poco saludables. Por el contrario, si una persona cree que “los pensamientos negativos son normales y pasajeros”, podría experimentar menos sufrimiento cuando estos pensamientos surgen.
Las investigaciones destacan la relación entre metacreencias desadaptativas y diversos trastornos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y los trastornos relacionados con el estrés postraumático. Las metacreencias también desempeñan un papel crucial en cómo respondemos al estrés y en el desarrollo de estrategias de afrontamiento saludables o perjudiciales.
Principales Metacreencias
A continuación se describen algunas de las metacreencias más comunes y su impacto:
- Sobre la preocupación: “Preocuparse demasiado me mantiene preparado” (positiva) o “La preocupación prolongada dañará mi salud mental” (negativa).
- Sobre las emociones: “Sentir emociones intensas es algo que debería evitar”.
- Sobre el pensamiento: “Tener pensamientos intrusivos significa que soy una mala persona”.
- Sobre el control: “Puedo y debo controlar todas mis emociones”.
- Sobre el cambio: “El cambio es imposible si he fallado antes”.
Estas creencias muchas veces se convierten en un filtro para interpretar nuestras vivencias y, por lo tanto, pueden amplificar el malestar si no son adecuadamente gestionadas.
Modificación de las Metacreencias
Cambiar las metacreencias es posible a través de enfoques terapéuticos basados en la evidencia. Algunas de las principales estrategias incluyen:
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La TCC trabaja sobre las metacreencias identificando los patrones desadaptativos y ayudando al consultante a reestructurarlos de manera funcional.
Por ejemplo, si una persona cree que “pensar negativamente siempre lleva al fracaso”, se puede trabajar en desafiar la evidencia detrás de esta creencia y promover pensamientos más realistas, como “pensar negativamente es natural, pero no necesariamente determina los resultados”.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
En ACT, en lugar de cambiar las metacreencias, se busca modificar la relación con ellas. Por ejemplo, una persona podría aprender a notar que piensa “la ansiedad es peligrosa”, sin dejarse dominar por esta creencia. El uso de la difusión cognitiva puede ayudar a los consultantes a ver sus metacreencias como pensamientos y no como verdades absolutas.
Terapia Metacognitiva
Este enfoque se centra específicamente en las metacreencias y cómo perpetúan patrones de pensamiento problemáticos, como la rumiación. Se trabaja en enseñar al consultante a reducir comportamientos como la vigilancia excesiva o el monitoreo constante de sus pensamientos.
Estrategias Prácticas
- Cuestionar la utilidad de las creencias: ¿Esta creencia me ayuda o me obstaculiza?
- Practicar la aceptación emocional: Aprender que las emociones y pensamientos son pasajeros puede disminuir la necesidad de controlarlos o evitarlos.
- Escribir un diario cognitivo: Registrar pensamientos y creencias puede ayudar a identificarlos y analizarlos.
- Mindfulness: Promueve una mayor conciencia de los pensamientos automáticos sin juzgarlos ni sobre-identificarse con ellos.
Bibliografía Recomendada
- Wells, A. (2009). Metacognitive therapy for anxiety and depression. The Guilford Press.
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and Commitment Therapy: An Experiential Approach to Behavior Change. The Guilford Press.
- Hofmann, S. G., et al. (2010). The efficacy of cognitive behavioral therapy: A review of meta-analyses. Cognitive Therapy and Research, 36(5), 427–440. https://doi.org/10.1007/s10608-012-9476-1
- Wells, A. (2000). Emotional disorders and metacognition: Innovative cognitive therapy. Wiley.
- Teasdale, J. D., & Barnard, P. J. (1993). Affect, cognition, and change: Remodeling depressive thought. Lawrence Erlbaum Associates.